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N O V E D A D E S







Borges, de Adolfo Bioy Casares:
dos amigos implacables'

Bioy revela en el libro de conversaciones con su entrañable compañero de toda la vida Borges, que el poeta virgen vivió sus últimos años temiendo la "extraña" señorita Kodama...

...Borges no tiene piedad con las mujeres que en algún momento lo habían interesado sentimentalmente. De Haydée Lange afirma: "Vive idiotizada por el acohol" (1-9-71). De Estela Canto, que hizo su mejor libro, en todo caso el único vivo, sobre su relación con Borges, dice: "Ahora mucha gente aspira a atraer a los peronistas. Estela fue al Rosario, atacó al gobierno, a la Marina y a Aramburu. Le pregunté por qué lo hacía ahora y no en tiempos de Perón. Este pilar de la rectitud contestó que porque ahora hay garantía de que a uno no le va a pasar nada" (30-5-56).

Un antiperonismo visceral no le impide a Borges citar a Arturo Jauretche, sólo para registrar una injuria dirigida a Silvina Bullrich: "su criterio estrecho de gorda raviolera del barrio de Flores". Borges comenta: "Hay que reconocer que [la frase] tiene todo lo que puede molestar a Silvina Bullrich y que en ese sentido es perfecta: [ella] prevé ataques por ser una señora que escribe, no una raviolera. Flores está bien elegido: después de la vulgaridad, la cursilería. ´De Las Latas o ´de la Boca no agregaría nada... Y lo de gorda no alegra a ninguna mujer" (5-8-63).

...Las palabras más duras van para Susana Soca, la mecenas uruguaya que financió la revista bilingüe La Licorne en París y más tarde las Entregas de La Licorne en Montevideo. En palabras de Bioy: "Una especie de fantasma abúlico, con manía expositiva, evidente debilidad de juicio, dificultad casi penosa para hablar y extraña pronunciación ( ¡carasho! ). Cuando se iban, en un aparte demasiado cercano, Borges me confió: ´Es una opa (22-7-49)". Pero las autóctonas Susana Bombal, Carmen Gándara, las hermanas Grondona, Wally Zenner, Marta Mosquera, Esther Zemboráin de Torres, "Pipina" Diehl aportan regularmente a estas páginas el colorido de un escenario entre cultural y mundano hoy extinguido, rico en rivalidades y envidias, susceptibilidades y mínimas conspiraciones. En cambio, una lealtad tenaz lleva a Borges a visitar en el día de su cumpleaños a Elvira de Alvear, demente y empobrecida, y a fingir un diálogo con su desvarío.

Acaso el "personaje inolvidable" del libro sea una señora Bibiloni de Bullrich que, si no apareciese identificada en el índice onomástico, se hubiese podido creer inventada por Bustos Domecq. Audaz en el neologismo, intrépida en la confidencia, imprevisible en toda circunstancia, sus intervenciones son un deleite infalible para el lector. Desde la primera (a Borges: "Así como a usted le interesa conocer poetas y escritores, a mí me interesa conocer gente rica", 6-12-49) su ímpetu no decae: al salir de un recital de danza por Cecilia Ingenieros, comenta "Está muy bien, pero yo prefiero los otros bailes, con orquesta y con personas conocidas que la sacan a una a bailar" (7-3-52); en medio de una comida: "Soy tan inteligente, tan genial que a veces no me pueden comprender" (14-3-52); "A mí no me gustan pero soy tan inteligente que he descubierto que conviene estar bien con los peronistas" (3-7-52). Más tarde, rehúsa la mudanza a un departamento que "era un sueño" porque tiene unos pocos metros cuadrados menos que el actual: "Mudarse hubiera sido reducirnos. Una mujer como yo no puede aceptar eso. No sólo por el respeto que me inspiro yo misma, sino por mis hijos, por lo que debo a mi clase [...] y, usted comprende, en estos momentos hay que tener mucho cuidado" (20-6-53); el marido indignado, tras abandonarla una semana, vuelve y le agradece "que le haya dado una lección".

... Doña Leonor confía a Bioy sus impresiones de Elsa [Astete], la futura esposa [de Borges a los 68 años, cuando doña Leonor tenía 90 y tantos y ya "no podía bañar a su "niño Georgie"]: "No se parece a las que él nos tiene acostumbrados. Yo me quedo tranquila: creo que lo va a cuidar. Ya no es joven. Fue linda: ahora, ya la verás... Pero él no ve. Para él sigue siendo la de antes." (26-4-67). Bioy, el mismo día, al conocer al personaje, anota: "Vieja, de piel grisácea; en actitud de sierva enamorada, postrada de admiración ante el ídolo potencialmente díscolo [...]; resuelta a rodear al hombre de cuidados domésticos y a persuadirlo de los encantos hogareños; proclive a tomar ofensa y a ofuscarse por celos; desconfiada; querendona, cariñosa y optimista; expresiva y dada al mohín. La madre (que sufre en su amor propio y en su snobismo ) se aviene, sobre todo porque la novia no es una chica. A la mejor chica del mundo no le perdonaría la juventud. Cuando la novia soltó lo de fetitas de jamón , para la madre fue un momento amargo." Los amigos de Borges hacen un esfuerzo por tratar a Elsa. Esta advierte que en realidad no la admiten en el círculo de esa vieja amistad y ventila su despecho ante el marido. "Elsa asegura que sin que Borges lo sepa le está rompiendo recuerdos, cartas, fotografías" (12-5-68). Vendrán luego los celos por los homenajes al escritor donde ella se siente relegada, las invitaciones a universidades que aprovecha para renovar su guardarropa con los honorarios del marido, mientras a éste le compra ropa y zapatos de segunda mano, el distanciamiento de sus amistades que intenta imponerle cuando siente que éstas no la festejan.

...No sólo las mujeres hallaron en Borges un sujeto maleable a sus designios...

...El respeto de Borges por sus antepasados militares, su idealización de los combates donde pelearon y murieron en el siglo XIX, toda una mitología familiar cultivada por su madre y sin relación con las performances del ejército argentino en el siglo XX, iba a arrastrarlo a varios desatinos posteriores


...lea el artículo de Edgardo Cozarinsky[+]




Homenaje a Betina Edelberg
en la Sociedad Argentina de Escritores






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'Georgie & Elsa' The Untold Story of Jorge Luis Borges and His Wife'

by Norman Thomas Di Giovanni



“A biography of Borges, by his translator.

Jorge Luis Borges, known as Georgie to his friends, married Elsa Astete Millán in 1967. Borges was sixty-eight years old at the time of the wedding; Elsa, a widow, with a son in his twenties, was eleven years younger.
It proved to be a tempestuous and eventful marriage that would leave an indelible mark on the remainder of Borges’ life, but their relationship has been largely glossed over by previous biographers. This is because the one person who knew all the details has refused to speak about it. Until now.
Norman Thomas di Giovanni worked with Borges in Cambridge, Massachusetts, and in Buenos Aires from late 1967 to 1972 and thereafter sporadically until Borges’s death in 1986. During their first period together di Giovanni spent more time with the couple than did almost anyone else. He was privy to the private side of their relationship and to its sudden decline. It was di Giovanni who helped the demoralized Borges by organizing and arranging his divorce and at the same time rescuing his library and smuggling him out of Buenos Aires to avoid the wrath of Elsa and her lawyers.
The book is based on the author’s extensive collection of original material in the form of diaries, notebooks, letters, manuscripts, and photographs, most of which has never before been seen. It provides a unique insight into one of the few true geniuses of literature..."
Borges did not have sexual relation with any woman and was terrified by Elsa's tyranny... Borges beg his beloved young master Adolfito Bioy Casares, and their friend the philosopher and film maker Hugo Santiago, and his friend and translator Prof. Di Giovanni to free him from the sadic tyranny of Elsa Astete.

The roman familiar of the neurotic repeating its unconscious pattern -the Mother of Georgie was authoritarian, very domineering on her unique boy making of him the easy target of similar sadistic females (as indicated in autobiographic stories of the author) -, a decade later Borges would have to beg for help to free himself from the false widow Kodama... but none of his old friends around to help

Read more:
Jorge Luis Borges and his ‘bitch’ ... [The Spectator]

‘Georgie & Elsa: Jorge Luis Borges and His Wife, the Untold Story’ review in The Washington Post

Mr and Mrs Borges ...[The Times Literary Supplement]